Para llegar al
punto de partida lo haremos tomando la A-92, con dirección Guadix-Almería,
tomando la salida 256, después un tramo de la A-4003 con dirección a Huétor
Santillán y finalmente la GR-3107 con destino Beas de Granada, una
pequeña localidad perteneciente al grupo de privilegiados que componen el Parque
Natural Sierra de Huétor. Situada a una altitud sobre el nivel de mar de
1.072 m., posee un núcleo de población entorno a los 1.100 habitantes.
“Beas”, término
muy utilizado en la geografía andaluza, viene del latín, cambiado por el árabe,
y significa “vía o camino”. La primera referencia que se tiene de este núcleo
corresponde a la época del Imperio Romano y nació al parecer como una especie
de casa de postas o lugar de aprovisionamiento y descanso de las que se
ubicaban en el cruce de caminos; de ahí que el primer nombre fuese Via-Ax o
camino de Guadi-Ax (Guadix). Durante la etapa árabe fue una alquería residencia
para una veintena de familias que se asentaron alrededor de un castillo del que
no quedan restos. Entre los cultivos de entonces destacaba la morera para
alimentar los gusanos de seda que abastecían la industria de estos tejidos de
Granada. Tras la Reconquista se impuso a los moriscos un fuerte impuesto, lo
que creó malestar en la población; durante la rebelión fue quemada la iglesia,
recién construida, y después de la expulsión sólo quedaron trece personas en el
pueblo, por lo que se repobló con colonos de Castilla, León, Asturias y Galicia
como en prácticamente toda la provincia.
Dejando atrás esta breve pasada por la historia, y dejando los vehículos aparcados junto al Mesón La Pradera, próximos al puente sobre el río Beas, tomamos el camino a los Cerrillos, en dirección hacia la acequia de la Carada. Dejamos seguidamente atrás una pequeña pantaneta, construida para regadío, y posteriormente nos dirigimos hacia la zona del Nacimiento del río Beas. En este hermoso paraje es donde nace el río Beas, cuyas aguas abajo se juntan con el Darro que nace en Huétor Santillán, en las inmediaciones del Cortijo de Cortes, en donde ambos se abrazan para finalmente hermanarse con las del río Genil.
Nosotros torcemos a la izquierda, un poco antes de llegar a dicho nacimiento. Dejamos atrás la Rambla de las Cabras, para coger acto seguido la llamada vereda de las Pedrizas. Vereda que, en un fuerte pero corto ascenso, discurre en zigzag hasta un dique.
Dique que fue reforzado tras el devastador incendio que arrasó estos parajes el desgraciado 7 de agosto de 1993. Al llegar y sobrepasar el dique nos encontramos en una explanada con tres ramblas delante: a la izquierda, la rambla o barranco de la Azuzadilla (conocida por los del lugar como ‘Zurzailla’), al frente la de rambla Seca, y a la derecha la de Puerto Blanco. Nosotros seguiremos de frente, entrando ya en el Parque Natural Sierra de Huétor, para a continuación girar a la izquierda y ascender por un camino abierto con motivo de dicho incendio y que nos deja en el carril de Puerto Blanco que lleva, girando a la derecha, a la localidad de la Peza. Punto en donde nos reagrupamos y aprovechamos para tomarnos un ligero tentempié y echarle una ojeada a las cumbres más destacadas de alrededor: Retamar, cerros de la Canasta y de la Semilla, cerro Oscuro, el Enebral Alto, Tajo de las Grajas y como no, Sierra Nevada.
Seguimos con nuestro caminar y giramos nosotros a la izquierda en descenso unos 330 m. por el carril de Puerto Blanco sobre el que nos encontramos, para tomar un sendero a la derecha que nos subirá, en un fuerte ascenso de 1,3 km., hasta el collado del Lobo y al final a la derecha, en un último empujón, tendremos nuestro premio, el Cerro de Buenavista con sus 1.664 m. que cuenta con un vértice geodésico y unas vistas que hacen sobradamente honor a su nombre. Desde su cima se puede disfrutar de una completa panorámica de Sierra Nevada. En la parte lateral y bajo el monolito existen restos de construcciones utilizadas durante la Guerra Civil española y que hoy en día algunas son usadas como cuevas-refugio por los pastores. También divisamos la zona de Puerto Blanco, destacando su blanca cantera, el Cerro de Toriles con su caseta de vigilancia y el camino que hemos traído y que une ambos cerros.
Dirigiéndonos a
continuación al Cerro Toriles de 1.676 m. en donde se sitúa la caseta-vigía para el control de incendios, que es conocida curiosamente como
‘Caseta de Buenavista’. Elevación que, por escasos metros, 12 concretamente, le gana en altitud a su vecino Buevanista, por lo que podríamos considerarla como la máxima altura de la sierra de Beas. Hollamos finalmente el Toriles, haciendo allí otro alto
para disfrutar de las vistas: cerro Oscuro, Calar Blanco, Calabozo, Sierra Arana...así como un merecido descanso para las piernas, punto en
el que aprovechamos para tomarnos el bocata.
Tras despedirnos del Toriles, retrocedemos unos 200 metros por el carril de acceso y tomamos una vereda a la izquierda que en un largo descenso, con mucha piedra suelta, nos lleva hacia el Collado del Muchado. Tomando allí la pista en descenso, girando a la derecha, caminando ahora por el Camino de la Cerrada o Cañada del Muchacho, justo por donde va la linde o divisoria de los términos municipales de Beas y Quéntar.
Dejamos atrás, a nuestra derecha seguidamente los restos de una cantera y antiguas instalaciones en donde existían una báscula y un alambique para el tratamiento de la alhucema. Proseguimos un poco más y llegamos a un cruce de caminos: el que parte un poco más adelante, a la derecha, nos llevaría primero a las ruinas del Cortijo de Puerto Blanco y un poco más adelante al Centro Terapéutico Hogar 20 (centro que fue cedido por al A.M.A. para rehabilitación de toxicómanos); y si seguimos de frente, a las canteras de Puerto Blanco o de Molina. Si giramos a la izquierda, el carril que se nos cruza al paso, nos llevaría primero al Cortijo de Aguas Blancas, para terminar en la localidad de la Peza; y el que se inicia paralelo a éste, el que nosotros tomaremos.
Tomando el
carril indicado, dejamos a continuación, a nuestra izquierda, la fuente de la
Mona o de la Cañada de las Monas. Carril en descenso por el que veremos,
más adelante, a nuestra izquierda, el Alto del Agarradero, cerrete de 1.374 m.
con garita-vigía para el control de incendios y desde donde se pueden observar
unas fantásticas vistas de Sierra Nevada y del Pantano de Quéntar, mientras vamos rodeando, en sentido a las agujas del reloj, el Cerro Avellanos.
Cruzamos a continuación un cortafuegos, mientras marchamos bajo las Lomas del Tajo del Agarradero, que quedan a nuestra derecha, para tomar a continuación un corto tramo del Camino Mozárabe, encaminándonos hacia el Cortijo de la Plata. Dejamos atrás el cortijo, y abandonamos el Camino Mozárabe girando nosotros al poco, a la derecha, ya que este camino procedente de La Peza se dirige a Quéntar y de allí a Dúdar y Granada.
Dejamos a
continuación atrás la Cañada de los Conejos; después el Cementerio de
la localidad de Beas para terminar en su núcleo urbano. Dando por
terminado nuestro recorrido. Localidad en la que podremos tomarnos un merecido
refrigerio.