sábado, 15 de diciembre de 2018

SOBRE LAS AGUAS, PAISAJES Y CAMINOS DEL ORO DE LA COLINA ROJA DE GRANADA

Como despedida final de año, aquí os dejo con este agradable recorrido circular que discurre por una pequeña parte de la cercana y baja orografría de nuestra capital, monte de la Sabika y valles del Darro y Genil. Un recorrido, eso sí, cargado de vistas y de interesantes connotaciones en la historia de Granada y sus aguas.
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Recorrido visto en mapa de Topo España
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Perfil y altimetría
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Recorrido visto en Google Earth
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Para más detalle del mismo, análisis completo del track, descarga de este incluida, subido a la web de ibpindex, podéis pinchad directamente aquí. Con la posibilidad de descarga allí del track que se os ofrece en distintos formatos. A elegir entre gpx, tcx, trk, plt, kml, así como el análisis en pdf. Al final de la entrada, también os lo podéis bajar de OneDrive y/o Wikiloc, pinchando en sus respectivos logos
Iniciamos el recorrido junto al café-bar Cuatro Caminos, situado en el número 73 de la Carretera de la Sierra de nuestra capital
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Ascendemos por la Cuesta del Pino y acto seguido por el Paseo de las Palmas
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Caminando junto a la Acequia Gorda
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Abandonando el Paseo de las Palmas, tomando la calle de las Mercedes
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Subiendo por la calle del Barranco del Abogado
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Subiendo hasta el cerro de los Quijones
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En donde disfrutamos de las vistas desde este estupendo mirador situado en la cumbre del cerro.
 Llamado así, por las plantas  de quijones, herbácea aromática anual de la familia de las umbelíferas (Scandix australis), que abundaba en el pasado por aquí y que los niños buscaban por su agradable sabor anisado. 
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Descendiendo, acto seguido, por un tramo en escalera que encontramos helado
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Volviendo al Barranco del Abogado
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Dirigiéndonos seguidamente hacia la Silla del Moro
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Un lugar con vistas de cuadro, nunca mejor visto ni dicho

Tomando, tras dejar la Silla del Moro atrás, a nuestra izquierda, un pequeño carril que desciende hasta la confluencia del barranco de la Lluvia con la Acequia del Tercio. Estamos sobre el valle del río Darro, con unas magníficas vistas de la Abadía del Sacromonte. Abadía desde donde se aprecia estupendamente el trazado de las cuatro acequias que discurren por la cara norte de este Cerro del Sol: la de los Arquillos (la de mayor altitud), la Acequia Moderna, la Acequia del Tercio y la Acequia de los dos Tercios (la situada a menor altitud)
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Caminando a media ladera por la margen izquierda, cara norte del Cerro del Sol.
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Con las aguas al descubierto en este punto. La Acequia Real toma sus aguas del río Darro, mediante una presa situada en el paraje de Jesús del Valle, a 6.100 metros de la AlhambraEl trazado de la acequia se desarrolla, en los primeros 625 metros, por la margen derecha del río, hasta el Molino del Rey, donde cruza el cauce mediante un acueducto, continuando otros 2,8 kilómetros ya por la margen izquierda. En ese punto, se divide en dos ramales: La "Acequia del Tercio", el más elevado de ambos ramales, que regaba las zonas agrícolas de más alta cota, llegando hasta el punto más alto del Generalife, y surtiendo a los sistemas hidráulicos de la Alberca Rota y Los Albercones. Abastecía a las almunias de Dar al-Arusa y Alijares, además de al Castillo de Santa Elena. Desde allí continuaba hasta el llamado Partidor del Fraile; y la "Acequia del Generalife", que discurre por cota inferior hasta llegar al Palacio del Generalife, integrándose en el mismo como eje central del Patio de la Acequia, continuando después hasta el mismo Partidor del Fraile, donde se une con la del Tercio.
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Una mirada atrás...hacia el barrio del Sacromonte, debajo, y San Miguel Alto a la derecha, arriba
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Y seguimos con el zigzag de la ladera, por el trazado de esta acequia, una obra hidráulica con 700 años de vida, que ha condicionado el paisaje y la biodiversidad de gran parte del Cerro del Sol y las riberas del Darro a su paso por el valle de Valparaíso. Mientras seguimos caminando por una de las cuatro líneas comentadas anteriormente que dibujan los caminos del agua de la cara norte de la ladera de la 'colina roja'.
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Con muestra y rastros del frío matinal aferrado a la vegetación
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A caballo entre el azul y el blanco. Pero para color y frío, el del Caballo, valga la redundancia, el último de los 'tresmiles' y más occidental de Sierra Nevada.
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Llegando, a poco más de la hora y media desde el inicio de la caminata, al Área Recreativa del Aljibe de la Lluvia
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Aljibe de la Lluvia que vemos aquí
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Haciendo una breve parada en este magnífico lugar
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Tomándonos aquí un tentempié
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Enclave que cuenta con unas magníficas vistas de Sierra Nevada
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Sin olvidarnos del Pico Veleta, claro
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Continuando con nuestro recorrido tras el tentempié
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Estamos en el Parque Periurbano de la Dehesa del Generalife, 'un retazo de naturaleza rodeado de historia'
Seguimos bajando por una vereda y al llegar al camino principal, giramos a la izquierda por el camino de la cadena hasta encontrar la bifurcación que lleva al llano. 
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Cruzando acto seguido el barranco del Aljibe 
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Tomando seguidamente el Camino de los Franceses
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Continuando con el Pico Veleta, tirando de zoom, como altivo vigía
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Seguimos por el Camino de los Franceses que después de unos cuantos zizagueos, por el que hemos dejado atrás el barranco de Bermejo y este del Olivar, cruzándolo por un puente que pasamos sin problemas.
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Debajo tenemos los depósitos de la empresa municipal de aguas de Granada, Emasagra, de la Lancha de Cenes
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Así como restos de antiguas construcciones mineras...
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Seguimos llaneando...
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Atravesando, por aquí arriba, la antigua zona minera, situada en la ladera sur del Cerro del Sol
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Estamos en el conocido como 'Valle del oro'
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Unas 'mini Médulas', que los romanos también explotaron para la extracción del mineral de oro
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Utilizando el mismo sistema que en las de León, el conocido como 'ruina montium'
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Las ‘malas tierras’ las cárcavas de las colinas de Cenes no son como las de la depresión de Guadix o los subdesiertos de Almería. Tienen particularidades propias que los geólogos han denominado como ‘Conglomerado Alhambra’, ya que solo se encuentra en la colina roja y sus inmediaciones. Es en este material en el que el oro se hacía presente para quien sabía cómo encontrarlo, y también el sustrato en el que se desarrolla un ecosistema mediterráneo patente en las zonas altas del Cerro del Sol, en el Llano de la Perdiz, con encinares y su matorral asociado y pinares de repoblación, que en las partes bajas, junto a los cortados mineros, es más árido y la vegetación se especializa con albaidas, retamas, moricandias y espartos.
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Dejando por aquí está foto antigua, de Edmond Guillemin-Tarayre. Chantier d’attaque hydraulique… Granada, Mina del Hoyo de la Campana. 1888. Albúmina (CFRivero), en donde se aprecia cómo dos operarios, con sendas mangueras, desprenden a chorro las arenas auríferas que van a parar a las canalizaciones.
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Dejando atrás varias antiguas construcciones
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Antigua ermita y edificio de viviendas incluído
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Un barrio que es toda una mina
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Dejamos atrás la parroquia de la Virgen de Fátima...
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Desviándonos, durante el descenso, al poco del recorrido...
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...Para buscar la puerta que era utilizada en época árabe para entrar a las minas desde La Lancha. Debiendo de girar en este estrecho callejón, al final a la derecha, tal y como se aprecia en la fotografía. Marcando en el track un waypoint, a la entrada del callejón, con su nombre, para mejor identificar el arco y no pasar de largo, ya que es muy fácil que ocurra.
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Dando con el arco árabe que perteneció a la Casa de las Gallinasque era la entrada de La Lancha a las minas de oro del Cerro de la Campana.
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Vista del mismo desde el otro lado
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La Casa de las Gallinas perteneció a la realeza nazarí granadina, teniendo categoría de casa fuerte con carácter palaciego. Por ello, los Reyes Católicos adquirieron sus propiedades tras la conquista de la ciudad de Granada, incorporándola a la Alcaidía de la Alhambra. Hasta el siglo XIX siguió perteneciendo al Patrimonio Real, siendo durante mucho tiempo celosamente guardada por la Corona española, lo que no impidió que sus propiedades acabaran finalmente en manos de particulares. Hasta tal punto llegó a ser descuidada su enajenación que, a lo largo del siglo XX, la ubicación exacta de sus restos arqueológicos fue cayendo en el olvido.
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Vista del arco de la Casa de Las Gallinas, según foto perteneciente también, como la anterior de las minas, a la colección Fernández Rivero de fotografía antigua.  Casa-Leones y Casa-Gallinas. Asclepios, el pseudónimo tras el que se escondía el polifacético Fidel Fernández, dedicó una de sus deliciosas Antiguallas granadinas al barrio. Cuenta la leyenda de un castillo situado en la Lancha, el castillo de Dar-El Wadi, o Dar-Al Ahuet que servía de refugio a una tropa musulmana que, gracias a un misterioso amuleto, eran invencibles en la lucha. Al frente de ellos estaba el príncipe Abul-Katar que relizaba frecuentes incursiones en la frontera y, a presar de llevar la muerte y el terror a los ejércitos cristianos, siempre resultaba ileso, sin un rasguño. El pueblo, creía que estaban dotados de poderes sobrenaturales y llamaba a su morada la Casa de los Leones. Un día la reina Isabel la Católica, a la que le gustaba dar largos paseos a caballo desde el Real de Santa Fe, llegó a una colina que dominaba el valle del Genil y vio, escondido entre alamedas y jardines, el castillo de Abul Katar. Un soldado de su escolta le contó la historia del amuleto y la valentía de aquellos moros invencibles. Al escuchar esto, un soldado de sus huestes, abandonó el altozano, descendió hasta la fortaleza y escaló ágilmente su muralla. Poco después, el castillo empezó a vomitar soldados por sus puertas y aljimeces tras los que salió «calada la visera y apaleándolos con los terribles mandobles de su espada, el gigantesco caballero». Desde entonces, a la Casa Leones pasó a conocerse como Casa Gallinas y el soldado que realizó tal hazaña, que entonces era poco conocido, llegó con el tiempo a ocupar un lugar importante en nuestra historia que le saluda con el nombre de Gran Capitán. Pero volvamos al presente de nuestros pasos...
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Bajando finalmente por la calle Ordesa hasta la carretera de la Sierra
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Siendo las 13:40 horas, con una temperatura de 12ºC
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Abandonando la carretera
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Con el sobrante de la Acequia Gorda por aquí
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Pasamos por debajo de un pequeño puente...
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Caminando ahora junto al río Genil, aguas abajo...
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Paseando por la "ruta del Colesterol"
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Cruzamos el río Genil...
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Este nuevo y último puente sobre el mismo...
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Terminando en el punto de inicio, el café-bar Cuatro Caminos
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 Establecimiento en donde realizamos la comida en grupo de pre-Navidad
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Y con esta última de la Fuente de las Granadas, que encontramos encendida de vuelta a casa, me despido, ¡un saludo, Felices Fiestas y hasta la próxima!
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SOBRE LAS AGUAS, PAISAJES Y CAMINOS DEL ORO DE LA 'COLINA ROJA' DE GRANADA
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Como despedida final de año, aquí os dejo con este agradable recorrido circular que discurre por una pequeña parte de la cercana y baja orografía de nuestra capital, monte de la Sabika y valles del Darro y Genil. Un recorrido, eso sí, cargado de vistas y de interesantes connotaciones en la historia del agua.
Comenzamos nuestro recorrido junto al café-bar Cuatro Caminos, situado en el número 73 de la Carretera de la Sierra. Marchando inicialmente, en ascenso, por la Cuesta del Pino y seguidamente por el Paseo de las Palmas, con la acequia Gorda (o del Cadí), a nuestra derecha. Paseo que abandonamos, tomando casi al final del mismo y nuevamente en ascenso, la calle de las Mercedes, dejándonos esta en la calle del Barranco del Abogado, mientras vamos disfrutando de las vistas de la Vega de Granada hasta llegar al privilegiado mirador situado en el cerro de los Quijones, por encima justo del Bar Restaurante Casa Paco. Lugar que es frecuentado por muchos jóvenes que suben en sus vehículos para ver atardecer sobre la ciudad con una perspectiva diferente, ya que se aprecia la Vega Sur con Sierra Nevada como telón de fondo. 
Nos despedimos de este magnífico mirador, bajando por unas escaleras con peldaños de tierra y madera, completamente helados, que nos llevan nuevamente al Barranco del Abogado. Barranco por el que ascendemos hasta encontrarnos con una meseta de olivos hasta llegar a la carretera de la Alhambra, subiendo después hasta la Silla del Moro. Descendiendo, tras dejarla atrás a nuestra izquierda, tomando en descenso un sendero que nos lleva hasta la Acequia Real.
La Acequia Real es una estructura hidráulica que abastecía de agua a todo el conjunto palaciego de la Alhambra y el Generalife. Tiene su origen con Muhammad I (Alhamar), el patriarca de la dinastía nazarí y primer constructor de la Alhambra. Se basó en las captaciones que los romanos habían hecho para lleva r el agua a las minas de oro de Cenes y en los conocimientos de sus ingenieros.Se nutre de las aguas del Darro, estando la presa en Jesús del Valle.A unos 3 km, se bifurca en dos ramales: 1º la del Tercio( regaba las zonas más altas. Alijares, Dar Al-rus y silla del Moro) 2º la del Generalife, para el palacio y patio de la Acequia. Después se unificaban en el “Partidor del Fraile”, desde allí iba hacia la Alhambra cruzando un acueducto donde hoy se inicia la cuesta de los Chinos y entrando por la Torre del Agua. Contaba también con una red de acequias menores y depósitos que trasformaron un paisaje sin agua en una ciudad llena de jardines y vergeles. Todas unas 'aguas de oro' para la Alhambra.
Disfrutando, a lo largo del tramo de acequia que recorremos, de unas soberbias vistas de Granada y del valle del Darro. Al llegar a un punto donde nos aparecen tres caminos, cogemos el de la derecha el cual va subiendo por la ladera del Cerro del Sol, nos saldrá otra vereda que obviamos, siguiendo de frente hasta encontrar a la derecha otra cuesta que nos conduce al Llano de la Perdiz. Bajando un poco, el carril nos conduce al Área Recreativa Aljibe de la Lluvia. Tomándonos, tras poco más de hora y media desde el inicio del recorrido, un ligero tentempié, en dicha área recreativa.
Seguimos bajando por una vereda y al llegar al camino principal, giramos a la izquierda por el camino de la cadena hasta encontrar la bifurcación que lleva al llano, cruzamos el barranco del Aljibe y seguimos por el Camino de los Franceses que después de unos cuantos zizagueos, por el que iremos dejando atrás los barrancos de Bermejo y del Olivar, cruzando este por un puente que pasamos sin problemas. A la derecha vamos viendo bonitas vistas del Balcón del Genil. Seguimos el camino que llevamos hasta que aparece otro camino de bajada por la montaña de las antiguas minas de oro de La Lancha; en el interior del conocido como 'Valle del oro'.
En el entorno del Parque Periurbano de Granada, desde época de los romanos, el oro ha sido protagonista. Estos observaron que los desprendimientos de tierras les servían en bandeja importante volumen de material disgregado, ideales para la búsqueda de recursos minerales. Cuando comprobaron que estos desprendimientos eran desencadenados principalmente por el agua, idearon sistemas para inducirlos ellos mismos. Así establecieron las formas de explotación mineral denominadas “ruina montium”, el mismo que utilizaron los romanos en Las Médulas de León, pero a menor escala aquí, evidentemente, provocando grandes desprendimientos mediante la inyección de agua a la montaña a través de un intrincado sistema de pozos y galerías, éstas quedaban cegadas en su contacto con el exterior, de esta forma el agua introducida iba debilitando la consistencia de la roca y generando fuerte presiones en el material hasta desencadenar un desmoronamiento súbito que producía un ruido ensordecedor. Eran las explosiones de la época ya que no se conocía la dinamita. Este oro del entorno de la Lancha del Genil, como hemos dicho, explotado en épocas romanas (como describe magníficamente Plinio el Viejo). y después por los franceses a finales del XIX, ha sido bateado desde tiempos inmemoriales en los ríos Dauro (que da oro) y Genil. Hoy es fácil de reconocer la gran cicatriz de paredes verticales en la parte alta de la colina, quedando restos de galerías y pozos en la pared. Los agujeros más accesibles quedaron cegados durante la guerra civil para evitar que pudieran ser utilizados como refugios por los maquis. En la base de la colina se extiende toda la masa deslizada sobre la que se asienta el núcleo urbano de la Lancha del Geníl. El agua utilizada para inyectar a la mina procedía del río Beas. Aún quedan algunos vestigios del antiguo canal romano que llevaba agua a la mina, por la parte superior de la colina. Los rendimientos de esta mina, nada tienen que envidiar a los obtenidos por la mayor mina a cielo abierto de oro del imperio romano: la de las mencionadas Médulas en León, hoy día un paisaje espectacular declarado patrimonio de la Unesco, aunque las de Granada han quedado en el olvido. La concentración de la ley de oro es de 0.5 gr por metro cúbico. La mina de la Lancha volvió a funcionar entre 1857 y 1877 por una empresa francesa. El procedimiento seguido fue algo diferente al de los romanos y consistía en desmoronar los cerros auríferos mediante un potente chorro de agua. Para ello construyeron un canal (aún denominado canal de los Franceses y que trasportaba agua del río Aguas Blancas). Este canal de 16 km, tenía el orificio de salida en la parte alta de la explotación, soltaba un chorro de agua salvando un desnivel de 117 m. Una vez disgregado el material, era conducido a un estanque en la base de la mina. Todas las construcciones se conservan parcialmente. En los años setenta del siglo XX, hubo un intento de explotación por una empresa canadiense, de lo que queda los cuadrantes de muestreo en las rocas, perfectamente visibles. Pero volvamos al recuento de nuestros pasos.
Salimos de las minas por la parroquia Virgen de Fátima hasta bajar a la carretera de la Sierra. Haciéndole una visita antes, tras localizarlo, al arco árabe que perteneció a la Casa de las Gallinas, que era la entrada de La Lancha a las minas de oro del Cerro de la Campana.
Tomando, volviendo a nuestro recorrido, ya en la carretera de la Sierrafrente a la gasolinera, un camino que nos lleva hacia el río Genil, marchando acto seguido por el camino de la conocida como “ruta del colesterol”. Cruzamos el puente de madera y seguimos por dicho camino hasta encontrar otro puente, que cruzaremos para llegar a nuestro punto final del recorrido: el café-bar Cuatro Caminos, en donde realizamos la comida en grupo de Navidad.
Como siempre, aquí os dejo con este reguero de instantáneas, como detalle y muestra de nuestros pasos. ¡Un saludo, Felices Fiestas y hasta la próxima!


SOBRE LAS AGUAS, PAISAJES Y CAMINOS DEL ORO DE LA COLINA ROJA DE GRANADA
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DATOS BÁSICOS:
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- Acceso: Punto de inicio y final junto al Bar-Restaurante Cuatro Caminos, sito en número 73 de la Carretera de la Sierra - Granada.
Itinerario: Carretera de la Sierra (bar Cuatro Caminos), Barranco del Abogado, Mirador del Cerro de los Quijones, Silla del Moro, Acequia Real, Área Recreativa Aljibe de la Lluvia, Camino de los Franceses, Carretera de la Sierra, Paseo del Colesterol, bar Cuatro Caminos.
Tipo de sendero: camino por calles del núcleo urbano de Granada, senderos, veredas  y caminos no señalizados pero bastante utilizados. 
Dificultad: Baja
CalificaciónSistema Mide (1.2.2.3)
Trayectocircular
- Distancia total del recorrido: 14 km.
Desniveles: Altura máxima: 933,6 m. Altura mínima: 672,10 m. Desnivel de subida acumulado: 377,04 m. Desnivel de bajada acumulado:  366 m.
Duración: 4:16 h. en total (Tiempo en movimiento: 3:40 h.; tiempo parados: 0:36 h).
Época recomendada: cualquiera del año.
Agua: llevar 
Tipo de paisaje-vegetación: Destacar el del Parque Periurbano de la Dehesa del Generalife, en donde predominan especies mediterráneas como la encina, el pino de repoblación y algunos ejemplares de quejigos, junto al que se encuentra un abundante matorral de especies aromáticas. Entre su masa boscosa habita un gran número de especies animales, destacando las aves forestales. Los senderos Quejigal del Darro y Barranco de la Silla del Moro, junto al carril cicloturístico de la Acequia del Real, permiten conocer de primera mano esta interesante riqueza natural. Los nombres de las instalaciones y equipamientos nos dan idea del calado histórico de la Dehesa del Generalife. Restos palaciegos, aljibes y acequias de agua son pruebas de su importante pasado árabe. Sin olvidarnos de las magníficas vistas de Sierra Nevada, ciudad y Vega de Granada y monumento nazarí.
Nº de participantes: 38, (42 para la comida) soci@s tod@s del Club de Senderismo El Bastón. Dándole las gracias, desde esta otra casa, a l@s compañer@s de la vocalía de eventos, Adelina, Edu, Lola y Pepe, por la preparación y descripción previa del recorrido.
*Para descargar el track para GPS del recorrido (en extensión GPX), podéis pinchad opcionalmente sobre cualquiera de las imágenes que siguen:

      https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=17416353